Una
propuesta
de—YOGA

01 ¿Que es Yoga?

02 Orígenes del Yoga

03  Yoghismo como propuesta de vida

04  El metodo de los 8 pasos

04-paso1  Yama

04-paso2  Niyama

04-paso3  Asanas

04-paso4  Pranayama

04-paso5  Pratyahara

04-paso6  Dharana

04-paso7  Dhyana

04-paso8  Samadi

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¿Qué es Yoga?

Si te digo que cierres los ojos y pienses en yoga,

¿Qué imagen te viene a la mente?
Es posible que te ocurra como a muchos de nosotros:

Un hombrecito extremadamente delgado, de grandes barbas, originario de la India, haciendo flor de loto, en la cima de una montaña.

O tal vez una chica con ropa deportiva de marca en un spa de L.A. con un grado de contorsión digno de protagonizar un espectáculo de cinco estrellas.

No es para menos que en la sociedad actual de alto consumo y gran facilidad de acceso al internet a través de nuestros smartphones, estemos siendo bombardeados por tantas imágenes y estilos diferentes de yoga y cada uno diciendo tener la verdad absoluta.

Sin dudas, un mundo con tal diversidad que no nos permite entender con claridad su significado, y más allá, vislumbrar si yo puedo ser candidato a practicarlo, cuales son los alcances y limitaciones a las que puedo aspirar y hasta donde, sus beneficios son reales o ficción.

Siguiendo la filosofía de hazlo simple, trataremos de abordar el fascinante mundo del yoga con explicaciones sencillas que cualquier persona ajena al tema lo pueda entender con facilidad o como está de moda decir en estos tiempos, democraticemos el tema.

Antes de entrar al fondo de la materia, es importante dibujar un marco de referencia, pues para entender el presente hay que escudriñar un poco en el pasado, en el origen.

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Orígenes del Yoga

Aunque la visión general es que la India tiene “la patente” del yoga a nivel mundial,

Sin embargo, para fines prácticos, la India es el único país que documentó de manera detallada los orígenes, rituales, técnicas y experiencias del yoga,

cada vez los investigadores descubren evidencias que también existía esta disciplina en otras latitudes, sobre todo en culturas milenarias que realizaron aportaciones importantes a la humanidad, tales como las sociedades precolombinas de América, algunas civilizaciones ancestrales de África y vestigios en el medio y lejano oriente.

Basta darse una vuelta por los museos de antropología e historia de algunos de estos países para encontrar dichas evidencias.

Sin embargo, para fines prácticos, la India es el único país que documentó de manera detallada los orígenes, rituales, técnicas y experiencias del yoga través de una literatura que de manera poética, a momentos fantasiosa y rebuscada y otros didáctica y técnica, que nos regala a la humanidad las riquezas que esta gran disciplina puede aportar a la vida de quienes la practican.

El yoga se remonta aproximadamente hace cinco mil años o por lo menos es los que los expertos consideran, pues existe una tablilla de barro con la imagen más antigua descubierta hasta el momento, donde viene al alto relieve la figura de un hombre en posición de loto. Dicha tablilla se descubrió al norte de la India en la zona conocida como el Valle del Indo, al noreste de la India, en colindancia con China y Pakistán.

Desde entonces hasta la fecha, se han escrito literatura muy importante, como los Vedas, que sentaron las bases y dieron identidad a toda una nación bajo el Hinduismo, el sistema de castas, creencias religiosas, rituales, danzas, estilo de alimentación, métodos de salud y entre ellos, el yoga.

El Hatha, considerado como el yoga tradicional de la India, tuvo sus orígenes en el Tantra, un estilo que maneja las polaridades de la energía vital conocida como kundalini, fue y continúa siendo el estilo que más se practica en todo el mundo actualmente, aun cuando existen un sin número de estilos.

El Hatha Yoga bien ejecutado, te puede acceder a beneficios reales que impactan en tu salud física, pero también emocional, mental y espiritual.

Para entrar a mayor profundidad, realizaremos más publicaciones al respecto. Para efectos prácticos, este resumen histórico es suficiente.

Yoghismo, vocablo acuñado por el sabio francés Serge Raynaud de la Ferriere en los años 40’s.

Surge como una necesidad de actualizar el yoga a las sociedades actuales.

Tiene su fundamento en el cambio de Era cosmobiológica por la que la humanidad está pasando.

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Yoghismo como propuesta de vida

Un Chef crea una receta, se pone de moda y al cabo de los años, esa receta ya no tiene nada que ver con la original, hasta que aparece otro Chef que rescata la receta original.

Algo parecido ocurre con el yoga, desde sus inicios, las cosas han cambiado demasiado.

Por un lado el yoga original se ha distorsionado por completo por un mero fenómeno de teléfono descompuesto, tanto que en la actualidad puedes encontrar desde versiones de yoga con cerveza, donde los practicantes van combinando durante la rutina, una postura y un trago del preciado líquido, hasta opciones de yoga con mascotas, tan solo por mencionar algunas.

Por otro lado, la humanidad ya no es la misma que hace cinco mil años atrás, hemos evolucionado, tenemos diferentes retos, las ciudades y costumbres han cambiado demasiado.

Es ahí donde aparece el Yoghismo como una opción más acorde a los tiempos actuales.

Vocablo acuñado por el sabio francés Serge Raynaud de la Ferriere en los años 40’s.

El Yoghismo surge como una necesidad de actualizar el yoga a las sociedades presentes. Tiene su fundamento en el cambio de Era cosmobiológica por la que la humanidad está pasando.

Desde los inicios de la humanidad hay quienes se dedican a observar el espacio sideral y los efectos que los astros pueden provocar en las plantas, animales y las personas.

En este devenir histórico, se ha documentado hasta la fecha diferentes etapas.

Actualmente vivimos bajo la influencia de la Era del Acuarius, (de la cual hablaremos más ampliamente en otros artículos) para los fines que este escrito busca, basta decir que el gran logro de de la Ferriere, es adaptar el yoga para la Era presente.

¿Qué significa adaptar el yoga a la Era presente?

Entre otras cosas, de la Ferriere entiende de manera atinada que el yoga tiene verdades absolutas que son a prueba del tiempo, es decir, qué, como las buenas costumbres, nunca pasaran de moda, pero también, entiende que hay aspectos que históricamente ya no son posibles de existir en una sociedad contemporánea.

Es por eso que el Yoghismo es tan importante como la opción más adecuada, tienes interés en acercarte al mundo del yoga, pues la propuesta, toma al yoga, no solo como una rutina de posturas que hacer la tarde de un jueves, sino un estilo de vida que incluye el paquete completo.

Un all inclusive que contempla:
Ejercicio físico, estiramientos, posturas y aprender a respirar adecuadamente para cada situación de tu vida.

Replantearse la manera de alimentar tu cuerpo físico, mental y espiritual.

Normas y principios para una vida armoniosa.

 

Técnicas de meditación, relajación, identificación e integración con la naturaleza tanto interior como exterior, no sólo la naturaleza sino también la sociedad, empezando por tu círculo cercado, tu familia, amigos y expandiéndolo al resto de los que te rodean.

Despoja al yoga de la parte religiosa, dogmática y doctrinaria y la presenta como un sistema de vida de ocho pasos que va llevándote de la mano para que transites cada uno de ellos, con calma, sin prisas y lo mejor de todo, que lo puede tomar cualquiera, sin importar la edad, sexo, religión, nacionalidad o complexión física, para el Yoghismo, todos pueden hacer yoga… todos, pues el fin último que busca es elevar el estado de consciencia de la humanidad para que todos vivamos en sana armonía.

El Ashtanga Yoga o método de los ocho pasos, es el más conveniente para establecer un sistema de vida en la actualidad.

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El Método de los 8 pasos

De la Ferriere toma el Ashtanga Yoga o método de los ocho pasos como el más conveniente para establecer un sistema de vida en la actualidad.

Antes de empezar, lo primero que tenemos que tener claro es que la primera Ley del universo es el Cosmos, el orden.

El universo tiene un orden establecido que se obedece a sí mismo, no hay excepciones, la Ley se cumple a cabalidad siempre y en todo momento, bastaría que la ley de gravedad alterase un poco su constante y el mundo entraría en un caos de orden mayor.

Es de humanos errar y en un mundo donde la paciencia es cada vez menos apreciada y por el contrario, la cultura del fast-track va en aumento, es importante hacer la siguiente advertencia, el camino del desarrollo espiritual y/o cualquiera de sus herramientas como en este caso, el yoga, es carrera de fondo, no existen atajos.

No hay manera de hacer avances de la noche a la mañana, ni se logran resultados significativos en una clase, porque tienes que tener bien claro que el sistema yoga va más allá de una clase de una o dos horas, es un estilo de vida.

Dicho lo anterior, es importante recalcar que, aunque cada uno de los ocho pasos por si solos brindan un bienestar con su práctica, no es comparable con el beneficio de realizar los ocho pasos en el orden establecido.

Es posible que, en algunos casos, la práctica de alguno de los pasos por separado o en desorden, puede llegar a causar efectos no deseados, tanto físicos como afectaciones a la psique.

Lo más recomendable es tener un instructor con experiencia de vida que te pueda guiar en tu proceso, sobre todo si vas empezando.


Paso 1,
Los yamas

El primer elemento de los ocho, son los yamas.

Se pueden interpretar como principios éticos, son las bases, los cimientos del sistema yoga y tienen que ver con hacer un auto análisis de aquello que nos representa un lastre en la vida que no nos permite continuar avanzando.

Nacemos puros de corazón, conforme vamos creciendo, formamos nuestro propio carácter, nuestra propia personalidad, influenciada en gran medida por nuestros padres y círculo cercano, la familia, los primos, tíos y abuelos, más tarde los amigos y conocidos.

Dependiendo del lugar donde nacimos, aprendemos costumbres particulares, formas de comportamiento.

Dentro de todo ese bagaje cultural, hemos adquirido buenos y malos hábitos, ambos nos han servido para crecer.

Al empezar a practicar los yamas, lo primero que tenemos que reconocer es que algunos de esos recursos, aunque nos sirvieron en su momento, ya no lo hacen más.

Para eso sirven los yamas, son principios de vida que tienen que ver con soltar lo que tenemos de más y empezar a disciplinarnos.

Dentro de lo yamas encontramos las abstinencias de matar, de robar, de la lujuria, de mentir.

Son principios que, a vista de todos, son universalmente aceptados, sin embargo, ejecutarlos es otra historia.

Esa es la razón por la cual los yamas es el primer paso, porque el candidato tiene que renunciar a vicios del día a día, para ir limpiando, en principio su cuerpo físico y más adelante, las emociones y los pensamientos para posteriormente ir encontrando el centro, el centro de ¿qué?, de la vida.

Es importante subrayar que para que el sistema yoga funcione, estas disciplinas deben ser libremente auto consentidas por el candidato, en ningún momento son impuestas por ningún líder, guía o maestro.


Paso 2,
Los Niyamas

Si los yamas son abstinencias, los niyamas son las reglas, las normas de vida y una está ligada a la otra. Son las dos caras de la misma moneda.

Una vez que hemos tomado la decisión de incorporar a nuestras vidas las abstinencias (yamas), toca el paso a los niyamas para continuar el camino de los ocho pasos, recordando siempre que se trata de una carrera de fondo, sin prisas, para toda la vida.

Estas normas de vida son la continuación del trabajo que se empezó con las abstinencias, es decir, con los yamas.

El trabajo base que está detrás, son las purificaciones.

Como todo en la vida, cuando quieres empezar un camino, lo primero que tenemos que observar son las condiciones en las que empiezo dicho camino, hacer un inventario de nuestros recursos, reconocer lo que nos falla y actuar en consecuencia.

Una analogía nos viene bien; imagina que vas a tomar carretera para un largo viaje, lo primero que harías es llevar el auto al taller mecánico para que evalúen lo que le haga falta y en consecuencia, limpiar la máquina, hacer un cambio de aceite, corregir los frenos y una afinación mayor para que el vehículo esté en las mejores condiciones para hacernos al camino con los mejores pronósticos… bien, es lo mismo con tu cuerpo.

Los yamas son las purificaciones que tu cuerpo necesita para estar en óptimas condiciones para el trabajo que va a realizar y para ello, se puntualizan cinco aspectos de la vida que se tienen que “sanitizar”.

El primero de ellos es la búsqueda de la pureza, tanto interna como externa.

Desde lo esencial como el baño corporal, hasta limpiezas sutiles como los pensamientos y emociones.

La segunda se presenta como consecuencia de la primera.

La siguiente es el contentamiento, que va más allá que unirte al club de los optimistas, más que sumar pensamientos positivos, se trata de echar fuera los pensamientos negativos para abrir un espacio a un estado prolongado de aceptación y satisfacción con tus decisiones y actos de vida.

También está la disciplina férrea, a prueba de todo.

Muchas veces sabemos lo que tenemos que hacer pero lo dejamos de lado, auto justificándonos para continuar en nuestra zona de confort sin el peso de la culpa.

Los últimos dos peldaños, tienen que ver con el estudio, el auto conocimiento, la lectura de textos sagrados que nos permitan ampliar nuestra visión de la vida.

Por último, está la devoción por lo divino, el reconocimiento de un poder superior y la relación intrínseca que tenemos con aquello a lo que concebimos como inteligencia primigenia.

Cada uno de ellos se puede profundizar tanto como para escribir un tratado particular.


Paso 3,
asanas

Para efectos prácticos, son las ásanas o posturas del cuerpo físico, lo que las masas identifican como yoga, sin embargo, como hemos venido descubriendo, las ásanas es tan sólo el tercer paso de los ocho que conforman el yoghismo.

La tradición estima que el cuerpo humano puede realizar ochenta y cuatro mil posibles movimientos, de los cuales el Hatha Yoga selecciona tan sólo ochenta y cuatro posturas que se relacionan directamente con el mismo número de familias de animales o elementos del reino vegetal, como aquellas que ayudan a la transformación de la consciencia del ser humano.

Para efectos prácticos, son las ásanas o posturas del cuerpo físico, lo que la masas identifican como yoga, sin embargo, como hemos venido descubriendo, las ásanas es tan sólo el tercer paso de los ocho que conforman el yoghismo, método actualizado en la práctica del yoga para los tiempos modernos.

El hatha yoga plantea echar mano del cuerpo físico como vehículo principal para acceder a planos superiores de evolución y desde ahí, empieza a trabajar con una serie de posiciones corporales que se realizan bajo ciertos parámetros que obedecen al silencio, conciencia del movimiento, respiración y ademanes, por mencionar algunos.

En su conjunto van construyendo un egregor energético que permiten al practicante desarrollar por medio de la práctica constante, mantener y en algunos casos, recuperar la salud perdida por los malos hábitos.

En hatha yoga las posturas no tienen movimiento, son es apariencia estática y cada una de ellas está diseñada para estimular el sistema endocrino, es decir, el correcto funcionamiento de las hormonas que segregan las glándulas internas, con la finalidad de mantener la salud en el mejor estado posible, pensando en términos clínicos, lo que se conoce como un sistema de salud preventiva.

Básicamente, hay un conjunto de ásanas para cada glándula y si se practica de manera adecuada, supervisada por un instructor con experiencia que vaya haciendo las correcciones necesarias para evitar una posible lesión.

los beneficios saltan a primera vista a los pocos días de empezar su práctica personal.


Paso 4,
Pranayama

Siendo tan importante la respiración, ¿Por qué es que no le damos la menor importancia?, ¿No debería ser un tema que deberíamos estudiar en las escuelas?, ¿Por qué nadie nos enseña a respirar de la manera correcta?

esta práctica debe ser supervisada por profesionales del campo para evitar daños al sistema cardiaco y nervioso.

El cuarto paso del proceso corresponde al pranayama, el control de la respiración. Este paso cobra una importancia primaria pues demanda la supervisión de alguien preparado, pero sobre todo experimentado en el tema, más allá de la teoría, la práctica.

Para entender la importancia de este paso, es necesario definir qué es el pranayama.

Prana es el nombre sanscrito con el que los yoghis denominaron a la energía vital, algo parecido a lo que los hebreos llamaron maná, el ki de los japoneses, el chi los chinos o el tao de Lao Tsé.

Es la fuerza que emana el sol y que da y sostiene la vida en nuestro planeta, en la Biblia se le conoce como el soplo divino. Ese soplo con el que Dios le da vida a Adán.

Todos nosotros empezamos la vida fuera del vientre de nuestra madre con una primera inspiración.

Nuestros pulmones se llenaron por primera vez con aire y empezaron su incansable trabajo de purificar y 

desdoblar el oxígeno y así hasta el último de nuestros días, cuando nuestro cuerpo físico termine su función con nuestro último aliento, una expiración.

Podríamos vivir días sin comer, semanas sin tomar agua, pero no duraríamos más de diez minutos sin aire.

Siendo tan importante la respiración, ¿Por qué es que no le damos la menor importancia?, ¿No debería ser un tema que deberíamos estudiar en las escuelas?, ¿Por qué nadie nos enseña a respirar de la manera correcta?

La respuesta más obvia, porque lo hacemos de manera automática, no tenemos que estar al pendiente del acto en sí, forma parte del sistema nervioso autónomo o involuntario, es por eso que aún, a pesar de estar dormidos, seguimos respirando.

La respiración consciente tiene muchos beneficios, puedes controlar las emociones, mejora la actividad cerebral, regula la actividad metabólica, ayuda a expulsar las toxinas, entre otros más.

Existen varias técnicas que los yoghis han desarrollado para reforzar la salud física, pero también para despertar habilidades psíquicas, estimular el control de las percepciones y elevar el estado de consciencia.

Sin embargo, esta práctica debe ser supervisada por profesionales del campo para evitar daños al sistema cardiaco y nervioso.

Esto nos prepara para la parte media del sistema de ocho pasos.


Paso 5,

PRATYAHARA

Una primera parte, los cuatro primeros pasos (yamas, niyamas, ásanas, pranayama), la parte física, la parte terrena.

Una segunda parte, los últimos tres pasos (dharana, dhyana, samadi), el mundo sutil, la energía que se sublima.

En medio de estos dos mundos está el quinto paso, el puente que los une: Patryahara.

En este proceso de ocho pasos, existe una división que agrupa dos etapas, una primera parte que conlleva los cuatro primeros pasos (yamas, niyamas, ásanas, pranayama), que representan la parte física, la parte terrena y una segunda parte que involucra los últimos tres pasos (dharana, dhyana, samadi), que tienen que ver con el mundo sutil, la energía que se sublima. En medio de estos dos mundos está el quinto paso, el puente que los une: Patryahara.

Si el camino de los ocho pasos empieza transitando con las abstenciones (yamas) y avanza hacia el despertar de energías físicas que te permiten experimentar sensaciones de salud, el puente para llegar al trabajo de estados de energía más limpios, más elevados, tiene que tener un poco de los dos, una parte física y una parte sutil.

Es justo en este punto donde las opiniones se dividen, los que tienden a utilizar más su mente analítica, el córtex frontal, trabajarán mejor con los primeros cuatro pasos y les costara un poco (o mucho) de trabajo el desarrollo de la intuición, que es básico para la siguiente etapa.

Para aquellos que simpaticen con la idea de realidades que van más allá de lo que los cinco sentidos pueden percibir, les será más sencillo, aunque no fácil, el camino que sigue.

Por fortuna, estamos en 2024 y gracias a la física cuántica, se pueden explicar fenómenos que hasta hace pocos años, todavía se consideraban dentro del terreno de la fantasía. Investiga el experimento de la doble rendija, es un punto de partida.

En el estricto sentido y de acuerdo a los textos originales, el patryahara se podría interpretar a nuestro idioma como “la supresión” de las percepciones de los sentidos. Sin embargo, De la Ferriere nos recuerda que ese concepto se estableció hace más de cinco mil años, otros tiempos, otros niveles de consciencia.

Serge sugiere que más que suprimir, se trata de controlar la percepción de los sentidos, entendiendo que los sentidos forman parte de las herramientas con las que llegamos a este mundo, las necesitamos para interrelacionarnos con el mundo que nos rodea, de manera que suprimirlos, estaríamos limitando y por lo tanto distorsionando nuestra realidad. 

Aprender a controlar la percepción nos permite ejercer la voluntad sobre nuestros actos, hacernos responsables de las decisiones que tomamos y por consiguiente trazar una ruta hacia la liberación, pues como dice el viejo adagio: A mayor responsabilidad, mayor libertad.

Es por eso que este quinto paso se vuelve tan importante, pues aprendemos, en primera instancia, a aceptarnos tal como somos, aceptando nuestros aciertos, nuestras aparentes fallas, podemos medir y mejorar. Caer en consciencia que nadie me puede mover, nadie me puede hace enojar, pero tampoco nadie me puede hacer feliz. Controlar la percepción de mis sentidos me permite recordar que el mundo y la manera en que me hace sentir, nace adentro de mí y no afuera.


Paso 6,
DHARANA

A partir de este paso, se hace uso de recursos intangibles como la intuición y esa es la razón principal por la que, en esta segunda etapa del camino, es donde más gente se desorienta, pierde la brújula.

El sexto paso es dharana, meditación. A partir de este paso, se hace uso de recursos intangibles como la intuición y esa es la razón principal por la que, en esta segunda etapa del camino, es donde más gente se desorienta, pierde la brújula.

Al empezar a manejar estados vibratorios más elevados, invisibles al ojo humano, es fácil que el practicante empiece a fantasear con mundos inexistentes.

Sin embargo, existen técnicas que permiten al candidato, avanzar con paso firme. Empecemos con establecer que la meditación es un entrenamiento para desarrollar la atención, así de simple.

Desarrollar la atención no es cosa menor, al contrario, puede representar un reto mayúsculo en un mundo sobreexpuesto a estímulos visuales y auditivos.

Colores excesivos, pantallas brillantes, sonidos estrepitosos, aprecio por la cultura del fast track, hacen que la capacidad del individuo por mantener la atención fija en un objeto (objetivo o subjetivo) sea cada vez más difícil.

Es por eso que herramientas como la respiración, el ritmo cardiaco, la mirada atenta a un objeto particular por periodos de tiempo prolongado, son técnicas que bien llevadas y sobre todo, asesoradas por gente experimentada, dan buenos resultados con la práctica diaria.

Poner la atención mental fija en un objeto como el fuego de una vela encendida es un buen comienzo para disciplinar la atención.

“Meditar” por la paz, por los niños de la calle o por las personas con enfermedades graves, son ideas cargadas de buenos sentimientos, pero que no tienen nada que ver con la meditación.

Justo porque buscan dispersar la mente en un objetivo externo, con distractores, con carga emocional, y la meditación lo que busca es la puerta de entrada a un viaje interior, que se da en consecuencia con el tránsito de los cinco pasos anteriores.

Intentar meditar de manera directa, sin pasar por los pasos previos, es como querer entrar a la universidad sin pasar por primaria, secundaria y preparatoria.


Paso 7,
DHYANA

El séptimo paso es Dhyana, que en la tradición yoghica se interpreta como unión, para el yoghismo se adapta mejor al término concentración.

Si en la meditación (dharana) se cultiva la atención, en el dhyana ya no hay cabida para la concentración. Lo que se busca es la concentración plena en el objeto deseado, te conviertes en el objeto.

Esto lo podemos ver con facilidad en las personas religiosas que se les considera estigmatizadas.

Hay ejemplos de personajes históricos que han sido marcados con emanaciones de sangre en las manos, algunos por la frente.

Ellos se concentraron tanto en el objeto de elegido que se convirtieron en el mismo, logrando manifestar los signos del Cristo.

Los anteriores ejemplos pueden plasmar la idea clara del grado de concentración que se requiere para entrar en dhyana

Una de las características que distinguen al dhyana es que preparan al candidato al salto al octavo y último paso, el samadi, la unión con el Todo.

Ese brinco, esa entrada, ese ticket de acceso puede darse en cualquier momento del dhyana, literalmente en un instante, es como se dice en manera coloquial, te cae el veinte, el gran veinte digo yo.


Paso 8,
SAMADHI

Este paso es el estadío ulterior de cada yoghi, es la revelación de la VERDAD, así con mayúsculas.

Por fin llegamos al octavo y último paso del yoghismo, el samadhi. Este paso es el estadío ulterior de cada yoghi, es la revelación de la VERDAD, así con mayúsculas.

La mente, esa poderosa herramienta que el hombre ha desarrollado a través de los años de evolución desde que éramos un pequeño organismo unicelular, es un caballo agreste que es necesario domar.

Con pensamientos siempre en el pasado, o divagando en un futuro incierto, la mente rara vez es capaz de estar en presente.

El camino recorrido tiene como finalidad ubicar la mente en presente, pues es el único lugar donde la VERDAD existe.

Es justo en el samadhi, el lugar del eterno presente, donde el candidato puede al fin, escapar del maya, ese mundo de ilusiones en el que vive nuestra mente volátil.

Cuando se vive en el presente, que es un instante, se caen los escenarios catastróficos, las ansias, los temores, las preocupaciones, pues en el presente no hay tiempo para desperdiciar, todo es aprovechable.

El sistema de los ocho pasos busca hacer que el individuo logre expandir ese instante en un momento eterno, para que pueda ver con claridad lo que antes tenía velado.

No se trata de llegar al paraíso o nirvana, se trata de vivir aquí, ahora, en presente y de ser posible, si así lo desea, el candidato pueda compartir con sus semejantes, el camino, su experiencia, lo vivido, para que aquellos que también están en la búsqueda de lo secreto, lo sagrado, lo eterno, tengan claridad de que se puede trabajar para llegar al entendimiento superior, que en realidad nunca acaba, pues como dicen los que saben: 

Después de vivir las vicisitudes de subir la montaña y conquistar el pico, te das cuenta que después hay otra montaña, más grande y con mayores retos.

Bienvenido al mundo del yoghismo, el yoga y el camino para llegar a la unión con el Todo.

… empezamos ya?